La velocidad de los escándalos no puede ser controlada en una campaña electoral; las vías de escape de la información, tampoco. Así, un atentado contra un candidato es la mejor fórmula para eliminar de los titulares a Eukid Castañón Herrera, operador político del difunto exgobernador panista Rafael Moreno Valle, y actualmente, al parecer, de Morena.

La semana pasada, este personaje de la política poblana estuvo presente en los medios de comunicación y redes sociales nacionales y locales, pero, de un momento a otro, su nombre dejó de importar porque Eduardo Rivera, candidato panista a gobernador, supuestamente estuvo a punto de ser baleado en su domicilio, el pasado 4 de mayo.

Sin más, Eukid desapareció, aunque seguramente sigue por ahí, esperando el momento adecuado para salir y ser de nuevo funcionario público, político o asesor. Y para hacerse acompañar por mujeres hermosas y elegantes. Así se presentaba este hombre en los espacios públicos. En lo privado, cuentan, coquetea con todo tipo de mujeres (los nombres de algunas de sus parejas los han publicado con anterioridad).

En 2012, cuando Castañón Herrera era subsecretario de Asuntos Políticos y Protección Civil de la Secretaría General de Gobierno, intercepté al funcionario, en mi calidad de reportera, para hacerle un par de preguntas. De inmediato rompió la barrera corporal abrazándome y apretándome los hombros cuando ni siquiera me conocía. La situación fue tan incómoda que la entrevista no se dio. Él iba acompañado de dos mujeres, sus asistentes.

Al reportar aquel desagradable momento a la encargada de prensa de esa Secretaría, ésta se disculpó y señaló que “así era él”, que por eso no lo sacaban a declarar a la prensa. Después, de funcionario estatal pasó a ser diputado federal, así que inevitablemente tuvo que salir a medios.

La siguiente ocasión en que vi de cerca a Eukid Castañón fue el 3 de julio del 2018, en el hotel MM, donde se operó el fraude electoral que dio el triunfo a Martha Érika Alonso, esposa de Moreno Valle, sobre el morenista Miguel Barbosa.

Mientras Eukid hacía un escándalo comportándose como si estuviera intoxicado (por ahí estaba el ahora candidato al gobierno de Puebla por Morena, Alejandro Armenta, quien en ese entonces competía por la senaduría), Martha Érika pudo salir del hotel sin ser vista. ¡Vaya cortina de humo!

Los hombres como Eukid Castañón abundan en la política mexicana y piensan que pueden tomarlo todo, incluso a las mujeres; que pueden hacer cortinas de humo aun a costa de ellas, sin importar que salgan golpeadas, como fue el caso de las vecinas de Eduardo Rivera, lesionadas durante la confusión del supuesto atentado de sicarios que iban por el expresidente municipal de Puebla.

Más allá de que los candidatos de Morena nieguen que Eukid está operando a su favor, como lo evidencian en Latinus, todos olvidan que este tipo de hombres incrustados en los gobiernos son los que agreden a las mujeres o las usan para conseguir sus fines.

Como este personaje, seguramente hay varios en los equipos de campaña y en los gobiernos, sin importar si son del PAN, del PRI o de Morena. Hay espacios ocupados por deudores alimentarios,  violentadores, hombres lascivos, etcétera. Y mientras, los candidatos siguen asegurando que las mujeres somos prioridad.

Hasta ahora no veo, por parte de los candidatos, propuestas que favorezcan a las mujeres, que nos reivindiquen y nos protejan. Su preocupación principal es destruir reputaciones antes que dar a la ciudadanía una verdadera oferta electoral.

Insurrectas en pie de lucha. ¡Si tocan a una, respondemos todas!

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Por Mónica Franco

Periodismo de género, reportera y columnista. Soy sobreviviente, insurrecta e independiente. Amo la libertad y escribo historias de imperfectas como yo. Creo en las hijas del pueblo, en las que llegamos sin mediación de un hombre y que caminamos a la par de ellos.

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