Justicia, fue la principal demanda de las mujeres que este viernes 8 de marzo marcharon en la ciudad de Tlaxcala. Colectivas, universitarias, asociaciones civiles, trabajadoras, sindicalizadas, estudiantes, amas de casa, niñas, feministas y defensoras de derechos, se reunieron la tarde de este viernes en la monumental asta bandera, justo en la punta de la avenida Independencia que lleva al centro de la ciudad de Tlaxcala donde el gobierno estatal amuralló Palacio de Gobierno con vallas de metal de tres metros de altura.
Al menos tres contingentes conformados en el Asta Bandera de avenida Independencia, el asta bandera en avenida Guillermo Valle y en la Unidad Profesional del IPN, a un costado del mercado municipal, partieron en punto de las 16:00 horas con rumbo a Palacio de Gobierno.
Previo a la marcha, las colectivas Medusas Sufragistas, la Red Estatal de Víctimas y el Colectivo Mujer y Utopía fijaron postura. La primera en las instalaciones de Rectoría de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx) donde con pintas denunciaron el acoso sexual y el abuso de poder de maestros y directivos para ejercer violencia sexual contra las alumnas: “No hay justicia social si existe el abuso sexual”, fue la consigna lanzada y que retoma y parafrasea el lema-objetivo de la UATx.
Por su parte, el Colectivo Mujer y Utopía y la Red Estatal de Víctimas, se pronunciaron por el acceso a la justicia sin obstáculos para las mujeres y la erradicación de la violencia, colocando cifras y los nombres de las mujeres víctimas de feminicidio, trata, desaparición, violencia sexual y otras formas de expresiones feminicida en el estado: “Tlaxcala feminicida, Tlaxcala proxeneta”.
Los nombres de Karla Romero Tezmol, desaparecida en 2016; Daniela Muñoz, desaparecida en 2020, Estefani Hernández, asesinada en 2021, Cecilia López, asesinada en 2021 y los nombres de una veintena de mujeres fueron colocados sobre cruces moradas para señalar la deuda histórica de justicia que los gobiernos estatales han alimentado en la última década y que solo son los rostros más visibles de problemas sociales profundos como la trata de personas, la explotación sexual, la desaparición y la violencia familiar en Tlaxcala.
Con pancartas y vestidas de morado, verde y negro -colores distintivos de la lucha feminista y abolicionista- las mujeres conformaron un mega contingente encabezado, primero, por familiares de víctimas, seguido de organizaciones civiles y un segundo bloque de mujeres periodistas, quienes a sus espaldas fueron seguidas por colectivas universitarias, madres de familia y organizaciones no gubernamentales.
Son cientos las que marchan hacia el zócalo de Tlaxcala. En la intersección que conforman las calles Independencia y Guerrero confluyen los contingentes. Cerca de las 16:25 horas ingresan al zócalo de la ciudad, mientras un tercer contingente, “Contingenta Segura”, llega por la parte trasera de Palacio rodeándolo por la calle 20 de noviembre para sumarse con consignas contra el gobierno del estado, encabezado por una mujer gobernadora que, en opinión de ellas, ha perpetuado la violencia machista y simulado el combate contra la trata, el flagelo más visible de la violencia.
Una muestra de esto, según las feministas, fue el amurallamiento de Palacio de Gobierno. A diferencia del año pasado, este año el Ejecutivo ordenó recorrer las vallas de metal 50 muertos del inmueble, dejando poco espacio entre las jardineras y la explanada del zócalo en claro rechazo a la protesta y las demandas feministas.
A las 16:30 horas un contingente paró frente al Palacio Legislativo donde colocaron la demanda de reformas que garanticen el acceso a la justicia y los derechos, como la interrupción legal del embarazo. Ahí, nombraron a las mujeres víctimas de Tlaxcala. Mientras tanto, en el zócalo, el contingente que se reunió en el asta bandera fijó la postura de cada una de sus representantes, sobre todo, las mujeres trabajadoras adheridas al Sindicato 7 de Mayo y docentes denunciadas por sedición por la Secretaría de Educación Pública por encabezar una protesta contra el contralor interno de la Sepe por acoso laboral.
En ese punto, un importante grupo de mujeres y colectivas se separó del contingente encabezado por la abogada Yeny Charrez Carlos -ex titular del Centro de Justicia para las Mujeres y que, tras su despido, ha emprendido una lucha política y social en contra de la gobernadora– para continuar la protesta en diferentes puntos del zócalo donde las vallas de metal se convirtieron en muros de denuncia.
La fotografía y la leyenda “deudor alimentario” del actual secretario de gobierno, Luis Antonio Ramírez Hernández, fue colocada en los muros, encabezando así la serie de fotografías y pintas contra funcionarios, maestros, padres de familia y parientes señalados como violadores, acosadores y violentadores.
A las 17:30 horas los contingentes se disiparon sobre la explanada del zócalo de Tlaxcala. Las consignas siguieron y las vallas de metal de Palacio, los muros del Congreso, la sede del Palacio de Justicia y el kiosco fueron pintados de morado y verde, tapizados de fotos y pancartas. Ahí, las colectivas, cada una desde su espacio, expusieron sus demandas en una jornada de protesta sin incidentes y sin policías antimotines.
Tras un breve recorrido después de las protestas se observaron ventanas del ayuntamiento de Tlaxcala rotas y pintas moradas en las paredes de los tres poderes del estado: «,Tlaxcala feminicida», «Lorena no es aliada, es privilegiada», «Yo siente creo», «Ni una más».
Más tarde, un importante bloque de mujeres se dirigió a las Escalinatas de los Héroes donde cerraron la jornada de protesta con humo morado que se elevó junto con el coro «Abajo el patriarcado, se va a caer se va a caer» y » La que no brinque es macho».
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