Por: Erik Becerra
Cada campaña electoral, los partidos la sufren para definir sus candidaturas.
Recientemente sufren más porque las leyes electorales han limitado los chanchullos que hacían los partidos para quitar a las mujeres que ganaban las elecciones para poner a hombres en su lugar.
Las “Juanitas” fueron todo un escándalo, pues eran mujeres que pese a haber ganado las elecciones tenían que dejar sus cargos.
Hoy, la mitad de las candidaturas deben ser para mujeres pero su definición se determina por medio de un método muy complejo que dificulta los acuerdos políticos.
En teoría, el marco electoral vigente busca garantizar la equidad y dar mismas oportunidades a las mujeres de cara a los hombres.
Hoy en el PAN y en Morena, en el PRI y el PT -no tanto en el Partido Verde– se están dando hasta con la cubeta por la definición de las postulaciones.
Tan peligroso es este proceso que pueden desprenderse migraciones como la de María de la Barreda, en el PAN; Lupita Vargas y Jorge Estefan Chidiac, en el PRI, y muchas más.
Ya veremos el alto costo electoral que tendrán estas decisiones.
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