No todos los muertos corren con la misma suerte, pues muchos se encuentran en el total olvido, vagando y mostrando su dolor a trabajadores del sitio y a todo aquel que así lo amerite.

El Día de Muertos es una fecha importante para los mexicanos que dedican altares a sus difuntos. Cada año, en estas fechas se visitan los panteones de la ciudad de Puebla para rezar, dejar una flor y estar cerca de las personas que quisieron en vida.

Sin embargo, no todos los muertos corren con la misma suerte, pues muchos se encuentran en el total olvido, vagando y mostrando su dolor a trabajadores del sitio y a todo aquel que así lo amerite.

URBANO Noticias se adentró a descubrir las historias más extrañas y terroríficas que guarda el Panteón Municipal de Puebla, en compañía de Mauricio Amado Alamaraz, quien lleva 28 años trabajando en este lugar y que ha sido testigo de misterios y espantos que engloban a vivos y muertos.

El Panteón Municipal de Puebla se divide en cinco secciones y ninguna se salva de tener presencia de espíritus y cosas malignas.

En la sección 1 en la que se ve deambular una niña de vestido rosa, quien a menudo se manifiesta frente a los panteoneros.

A la niña del vestido rosa solamente se le conoce por una fotografía que le fue tomada hace 18 años aproximadamente.

Mauricio Amado Almaraz asegura que la última vez que la vio fue hace tres meses justo a lado de la capilla de Juan C Bonilla. «Paso corriendo y se nos perdió».

Hasta el momento no se sabe su nombre ni el sitio donde está enterrada, por lo que sigue siendo todo un misterio la niña del vestido rosa.

A pocos metros de dónde la niña se aparece, está la tumba de Maria Mercedes Huerta – la primera persona enterrada en el panteón- quien a diferencia de la anterior recibe constantemente ofrendas por qué se cree «cumple milagros”.

La historia dice que María Mercedes Huerta nació en abril de 1890 y murió en mayo del mismo año, la tumba se encuentra a mitad de la calle de la primera sección del Panteón Municipal.

Algunas personas han revelado que la niña les ha hecho milagros y que ha curado a niños, por lo que recibe regalos en agradecimiento. La tumba de María Mercedes siempre tiene al menos una flor.

En la tercera clase, muy cerca de donde están las urnas que contienen las cenizas de los difuntos, una mujer con el aspecto similar al de la llorona hace presencia.

La mujer que llora en la fuente

En la fuente ya no escurre agua, pero sí las lágrimas de una mujer, que se sienta y llora. Es una muchacha vestida de blanco que Mauricio Amado Almaraz jura haber visto.

“La he visto dos veces, se sienta y llora, pero realmente no sabemos qué es lo que quiera, de lejitos más vale no acercarse”.

El hombre dice que esta aparición comenzó desde hace 4 años, pero que jamás se ha acercado por temor, pues la mira siempre detrás de las tumbas a 20 metros.

Se desconoce si es alguien que falleció, lo único seguro es que aparece a plena luz del día.

En todo el panteón hay tumbas en total olvido, pero no tanto como en la quinta sección, donde el panteonero hace una semana fue testigo  de una presencia espectral.

Las tumbas olvidadas

Hace frío y se siente soledad absoluta.  Se entra y se siente una sensación de que alguien te observa. Hay ruidos que uno podría asegurar son de roedores, pero  no, en realidad son seres de ultratumba que observan desde el olvido.

Son  presencias que  jamás encontraron sus cuerpos, enterrados uno encima del otro, compartiendo la tierra con personas extrañas que corrieron con la misma suerte de ser halladas y sepultadas sin reclamo de nadie. 

Mauricio narra que, en la quinta sección suceden cosas extrañas.  Hace apenas 8 días antes de la visita de URBANO Noticias, un par de reporteros fueron ahuyentados del lugar. Una voz los espantó; escucharon risas y las preguntas  “¿Qué buscan? ¿Qué quieren?”.

Este medio entonces exploró esta fracción del panteón, dónde en efecto la vibra cambió totalmente. El ambiente emanaba un olor de podredumbre y el viento corría fuerte, a diferencia de las otras secciones.

Cuando se comienza a caminar se pueden observar primero las tumbas compartidas de personas de bajos recursos que por el fuerte gasto que implica un entierro deciden compartir la tumba con otro extraño, pero más en el fondo donde están los triques y el basurero del panteón municipal, se observen las fosas comunes lugar donde se depositan los cuerpos sin identificar.

Ahí la sensación es más lúgubre y apagada. Se llena de silencio, pero no precisamente de paz. Algunas fosas tienen una cruz con la siguiente leyenda:

“Lote 9 lado izq FOSA 3

6. Erasto Sánchez Luna

5. Desconocido No. 3

4. Desconocido No. 21.

3. Desconocido No. 20

2. Desconocido No. 11

1. Desconocido No. 19

5 ° sección abril 2008

Solo hay cruces, y nada más. No hay nombres, no hay epitafios, tampoco hay flores, ni regalos. Solo hay pasto cubierto de hojas secas.

Es difícil de creer, pero en el sitio justo a lado del contenedor de basura se oyen ruidos extraños. Insistimos en que son  ratones, pero Mauricio jura que no.

LIBERAR A LOS MUERTOS

Mauricio asegura que él tiene un don que le ha costado su salud y lo ha obligado a estar en cama durante dos meses. Relata que también ha sido víctima de brujerías al tratar de liberar a los muertos..

Cuenta que él y otros panteoneros además de haber visto y oído a los muertos,  tienen que lidiar con embrujos y amarres que hacen las personas que aún moran en esta Tierra.

Estos amarres actualmente los realizan muchas personas en panteones para que tengan un mayor poder; sin embargo, son malignos.

Recordó que hace unos meses, mientras exhumaba los restos de una mujer que había estado sepultada hace 15 años, se encontró con un muñeco de cera abrazado a ella, el cual contenía una fotografía dentro.

Menciona que este fetiche le provocó un fuerte dolor e inflamación en los brazos,  un dolor que ni los médicos pudieron curar.

Mauricio revela que esto se le quitó hasta que fue con un brujo chamán, quien lo liberó y le dijo se trataba de una brujería que contenía el muñeco, de la que él había sido víctima por destruirlo.

Tan solo en el Panteón municipal, Mauricio se ha topado con cabezas de gatos y perros muertos, muñecos de cera, veladoras y listones que contienen dentro la fotografía de un pobre inocente al que alguien quiere perjudicar, amarrar o matar poco a poco.

Amado Almaraz asegura que ha deshecho a la fecha más de 50 brujerías con el propósito de dejar descansar a los muertos. Aunque, señala que todavía hay muchos que no logran el descanso eterno.

Aún no pueden descansar en paz

Otra historia data de hace 19 años aproximadamente. Una mujer entró al panteón cargando gladiolas blancas, eran cuarto para las seis y ya estaban a punto de cerrar.

“Me dijo ¿Puedo pasar a dejar mis flores? Le respondí que ya era noche, sin embargo la insistencia de la mujer hizo que la dejara pasar”.

Pasó el tiempo, dieron las 6 de la tarde, las 7, las 8 y nunca salió, “La busqué, y no la encontré”.

Él describe que la mujer olía a rosas y a podrido. Y que se veía como una persona real de carne y hueso.

Las creencias dicen que estos espíritus aún tienen una manda que cumplir, que no llegaron a concretar, por lo que ahora solo vagan por el Panteón Municipal buscando un poco de consuelo, expresando su dolor y ahuyentando a los extraños que irrumpen su espacio.

Por Irina Díaz

Reportera de Ciudad

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