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Este jueves 30 de mayo, celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, o bien llamada fiesta del Jueves de Corpus Christi. Esta celebración consiste en el reconocimiento de la presencia real de Jesucristo en el sacramento de la Eucaristía y la adoración que la Iglesia realiza a Cristo presente en este sacramento.

Ese día, en la Catedral de Puebla, el señor arzobispo Mons. Víctor Sánchez Espinosa, presidirá la solemne Eucaristía, a las 9 A.M., para posteriormente realizar la procesión en el atrio. Por la tarde, en las distintas parroquias de la Arquidiócesis, se celebrarán horas santas, misas y, de modo especial, las procesiones con el Santísimo Sacramento por algunas calles de las distintas comunidades, en las que se recibe la bendición con Jesús Eucaristía.

Jueves de Corpus Christi : el origen de la fiesta litúrgica

Si bien, durante la edad media, fue surgiendo un especial amor y devoción a la Eucaristía, fue en el siglo XIII que Santa Juliana de Mont Cornillón, quien era muy devota a la Eucaristía, tuvo una visión sobre la falta de una fiesta al Santísimo Sacramento. Esto lo comunicó al obispo de Lieja, Bélgica, Roberto Torete, quien instituye la fiesta para su diócesis a celebrarse el jueves posterior a la fiesta de la Santísima Trinidad, a partir del año 1247, lo cual significa que este año se cumplen 777 años del origen de la fiesta en la diócesis de Lieja.

Pocos años después, en 1264 hubo un milagro eucarístico en Bolsena, Italia, cuando un sacerdote que tenía dudas sobre la presencia real de Cristo en la Eucaristía, mientras celebraba la Misa, al fraccionar la sagrada hostia, ésta comenzó a sangrar y la sangre cayó en el corporal (pequeño mantel sobre el que se coloca el pan y el vino para la misa). Dicho corporal fue llevado a Orvieto, cerca de Roma, donde hasta la fecha se puede venerar. A partir de este milagro, el Papa Urbano IV instituye para toda la Iglesia la fiesta de Corpus Christi en el mismo año 1264, hace 760 años.

Elementos tradicionales

En Puebla, existe la tradición de la venta de las artesanías de mulitas y panzones, probablemente debido a otro milagro eucarístico: La mulita de San Antonio de Padua, en Rímini, Italia. Se cuenta que en el año 1227, San Antonio de Padua fue a predicar a Rímini, donde había numerosos herejes cátaros, quienes negaban la divinidad de Cristo y por tanto su presencia en la Eucaristía. Uno de ellos retó al santo a dejar por tres días sin comer a una mulita y reunirse en la plaza pública para ver si el animalito se acercaba a adorar al Santísimo, que sería llevado por San Antonio, o si lo ignoraba para ir inmediatamente a comer. El plazo se cumplió y ante la presencia de la gente, el santo ordenó a la mula en el nombre del Señor, que se acercara a adorar a su creador. La mulita, ignorando la comida que le ofrecía el hereje, se acercó al Santísimo Sacramento y se postró ante Éste. Ante este milagro, el hereje se convirtió y aceptó la presencia real del Señor en la Eucaristía.

Este día de Corpus también se acostumbra celebrar a las personas que llevan el nombre de Manuel o Emmanuel, en clara alusión a la profecía de Isaías capítulo 7, sobre aquel a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que significa “Dios con nosotros”, porque, efectivamente, el Sacramento de la Eucaristía hace realidad la presencia de Dios entre nosotros.

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