cocaínaFoto: Especial

La producción de cocaína se está expandiendo a países como México, Honduras, Guatemala y Belice mientras que la creciente demanda de esta droga ha impulsado la instalación de laboratorios para procesar la pasta base directamente en Europa.

Estas son algunas de las principales revelaciones de ‘Narcofiles. El nuevo orden criminal’, una investigación colaborativa realizada por más de 40 medios de América Latina y de Europa y que muestra los cambios que está teniendo el lucrativo mercado de drogas ilegales a escala global.

El trabajo se realizó a partir de una filtración de correos electrónicos de la Fiscalía General de la Nación de Colombia que difundió el grupo de hacktivistas conocido como Guacamaya.

«Apenas una década antes, las drogas venían siempre de Colombia o de las regiones andinas de Perú o Bolivia. Pero los tiempos han cambiado», señala el reportaje al explicar que el cultivo de la hoja de coca y la producción de cocaína se están relocalizando en otros países de la región, lo que está reestructurando por completo el tráfico mundial.

«Esta evolución ha sido impulsada por varios factores, especialmente por la fragmentación de los grupos que controlaban el tráfico. Tras el acuerdo de paz de 2016, el desarme de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) abrió la producción de cocaína tanto a grupos nuevos como a otros ya establecidos, que experimentaron con nuevas técnicas y cadenas de suministro», señaló.

Nuevos productores

Por ejemplo, citó el caso de Guatemala, en donde en 2018 las autoridades detectaron la primera plantación de coca.

«Una expansión similar se está produciendo en países vecinos, como Honduras y México, según muestran datos de esos países, mientras que Belice detectó en diciembre de 2022 la primera plantación de coca en su territorio», agregó al recordar que históricamente estos países eran rutas de tránsito para esta droga, no de producción.

«Lejos de salir perdedores con esta nueva tendencia, los colombianos -que históricamente han controlado grandes porciones del tráfico- están exportando su experticia y haciéndose un nicho con los nuevos desarrollos en Centroamérica y más allá», añadió.

También aseguró que el procesamiento de cocaína está siendo relocalizado porque, en paralelo al aumento de la demanda en Europa, Asia y África, los laboratorios han empezado a dejar atrás Colombia y a cruzar el Atlántico.

«Decenas de nuevos laboratorios son localizados cada año en Europa occidental. Uno de estos, descubierto en Países Bajos y dirigido por un traficante colombiano conocido como ‘el Rey de la heroína de Nueva Jersey’, podía producir hasta 200 kilos de cocaína al día», recordó sobre uno de los casos que ha tenido mayor repercusión.

La aparición de laboratorios en Europa y en otros lugares, precisó, se ha visto facilitada por técnicas innovadoras de transporte, entre ellas métodos sofisticados para camuflar cocaína líquida en prendas textiles u otros materiales, lo que hace que esos envíos sean más difíciles de detectar.

Emprendedores

De acuerdo con la investigación, el tráfico de drogas ha vivido una etapa de innovación en los últimos años, que incluye la manera de mejorar el uso de las redes sociales para comprar mayores cantidades.
En ese proceso, fue fundamental que durante el proceso de desarme de las extintas FARC, grupos de disidentes mantuvieran sus intereses en el tráfico de drogas, mientras que otras bandas, como los albaneses o los serbios, incrementaron su presencia en el mercado.

«El resultado es que el tráfico de cocaína está ahora mucho menos centralizado, más gente está implicada y eso genera más oportunidades de hacer contactos y más ideas sobre rutas y métodos de tráfico», afirmó.

Con respecto a México, explicó que en los últimos tres años se destruyeron 171 plantaciones de coca en Guerrero, pero también se han descubierto sembradíos en Michoacán.

La conclusión de los pobladores después de una serie de operativos es que el cultivo se va a quedar, ya que los campesinos contratados simplemente trasladan las plantas a otros terrenos.

El motivo de la expansión es fundamentalmente económico, ya que en Colombia un kilo de cocaína vale 1.700 dólares, pero cuando llega a Centroamérica, su valor alcanza los 15.000 dólares.

«Al producir cocaína más cerca del punto de venta, los traficantes pueden beneficiarse de precios más altos y al mismo tiempo evitar gastos de transporte y otros costos, así como reducir los riesgos de que su producto sea incautado en tránsito», señaló el reportaje.

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Foto: Especial
Vía Actualidad RT

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