“Siempre estás en esa idea de a mí nunca me va a pasar”, dice Karen Martinely, madre de Renata, quien fue víctima de feminicidio en el Estado de México.
“Once niñas son asesinadas todos los días, y una fue la mía”, lamenta en el documental Vivas, realizado por la periodista mexicana Angélica Cruz Aguilar, que se presentó en el Instituto Iberoamericano de Berlín en 2023 y desde entonces ha ganado promoción en varios países, siendo la ventana del dolor de quienes les arrebataron a sus hijas.
Vivas se centra en las historias de dos madres, Lorena y Karen, cuyas hijas, Fátima y Renata, respectivamente, fueron violadas, torturadas y asesinadas; ambas eran unas adolescentes.
Angélica tuvo un primer acercamiento con el movimiento feminista en su programa de radio, transmitido en Alemania, en donde radicaba.
“Yo tengo un programa de radio desde 2020 en Alemania, con temas culturales y de migración. Ahí habían llegado unas chicas que estaban en Barcelona, un colectivo mexicano, que quería que le diéramos promoción, entonces esa vez fue la primera vez que conecté con el tema de del feminismo y de las mujeres en México”, cuenta Cruz Aguilar.
En ese entonces, tomaron fuerza las manifestaciones feministas en México. “En Stuttgart —la ciudad alemana donde vivía— las protestas eran completamente distintas, porque en Europa las marchas no son separatistas. España, creo que sí, pero en Alemania no, entonces tú ves la presencia masculina a todo lo que da, entonces yo venía con esa”, dice la productora.
Cuando ella volvió a México y quería documentar las marchas, vio el 7 de marzo a Lorena exigiendo justicia por su hija, víctima de feminicidio. En ese momento comprendió que “no podía hablar de ello sin tocar el tema de los feminicidios”.
El caso de Fátima Quintana volvió a abrir el debate en mayo pasado, cuando, a 10 años del crimen que le arrebató la vida, su familia fue reconocida como víctima por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que ordenó, además, la reparación del daño.
“Me conecté mucho con el tema, porque Lorena, la mamá de Fátima, fue la que me fue guía, me presentó a otras mamás, me llevó con los colectivos. Y todo cambió desde este momento y (el objetivo del documental) se tornó al tema feminicidios”, refiere.
Lorena no sólo pasó años buscando justicia por su hija, en medio de esa embestida, su hijo, Daniel, se sumó a la lucha, pero fue asesinado.
“Me asesinó el gobierno a mi hijo Daniel, por omisión e indolencia. Daniel no debió morir”, dice Lorena, embargada por un sentimiento de cólera.
“Es más fácil matar a un niño que darle acceso a la verdad y a la justicia de las familias de víctimas de feminicidio”.
Actualmente, Angélica promociona el documental en países de Latinoamérica, pero sobre las proyecciones que ya ha realizado, destaca las diferentes reacciones que la violencia contra la mujer genera en cada país, pues indica que “el público alemán o el público europeo se conectaba mucho con las historias”.
“Creo que la gente está más acostumbrada a vivir esto (en Latinoamérica).”
“No quiero decir que no haya violencia. Sí, claro, en Europa también las mujeres enfrentan violencia, pero parece que aquí ya lo normalizamos”, apunta Angélica tras platicar con este medio el proceso de realización del documental.
Karen, quien también lamenta en el documental la indiferencia de la sociedad ante la violencia que viven las mujeres, ha acompañado a Angélica en la promoción del documental en distintas ciudades del mundo.
El domingo en el que le arrebataron la vida a Renata, Karen fue, como cualquier día a trabajar. Sus papás le avisaron que no llegó a comer y se van a su domicilio a buscarla.
“Es una sensación de saber que no hay marcha atrás”, platica en Vivas Karen, al describir la escena que encontró al volver del trabajo y encontrar a su hija encintada, torturada, violada y sin vida.
Tras meses de realización, Angélica Cruz espera que sirva para concientizar sobre el problema, aunque destaca avances.
Con información de Excelsior
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