El pueblo de Ajalpan, ubicado al sur del estado de Puebla, se volcó a las calles este viernes 17 de octubre para despedir a Stephany Carmona Rojas, la joven de 19 años integrante de la Guardia Nacional, cuyo cuerpo regresó proveniente de Acapulco, Guerrero donde fue asesinada dentro de las instalaciones de dicha corporación.
Con una lona que exigía justicia y el eco de gritos que pedían esclarecer su muerte, el féretro avanzó lentamente rumbo a la Parroquia de San Juan Bautista, donde se celebró la misa de cuerpo presente. Detrás, familiares, amigos y conocidos caminaban en silencio y sollozos.
De acuerdo con la información preliminar, Stephany murió de dos impactos de bala en la cabeza supuestamente durante una practica de tiro, hechos que han despertado indignación y desconfianza entre los pobladores. La presencia de elementos de la Guardia Nacional durante el funeral fue notoria, aunque muchos asistentes manifestaron su enojo ante el hermetismo de la institución.
La caravana fúnebre culminó en el panteón municipal, donde el silencio solo fue interrumpido por el llanto y las voces que exigían justicia. “Fany tenía sueños, quería servir a su país, no morir así”, expresó una de sus amigas.
“No la cuidaron” gritaban en tono de reclamo e indignación hacia el batallón 51 de Acapulco, sus amigos piden que se investigue y den con el responsable y apuntan que hoy fue Fany pero puede ser otra chica más.
Stephany Carmona Rojas, iba a cumplir 20 años en el mes de diciembre, y tenía 6 meses de haber ingresado a la corporación.
La familia, así como compañeros y compañeras de la joven en la Guardia Nacional, aseguran que fue víctima de feminicidio a manos del sargento segundo, Yair Manuel R., quien estaba señalado de acosó por parte de la víctima. Actualmente está en calidad de prófugo.
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