
SpaceX ha vuelto a sufrir un contratiempo en el desarrollo de su ambicioso Starship este miércoles en el sur Texas. Uno de los prototipos del cohete propulsor denominado Super Heavy explotó en tierra durante una prueba estática de encendido en las instalaciones de Starbase, donde opera la compañía aeroespacial de Elon Musk.
La prueba, considerada rutinaria y parte de la preparación para el décimo vuelo de ensayo de la Starship, terminó en una gran bola de fuego pocos segundos después de la ignición de los motores. La retransmisión en directo del portal especializado NSF captó el momento exacto de la explosión pasadas las once de la noche hora local.
Se registraron otras detonaciones menores y un incendio
Aunque este tipo de pruebas conllevan riesgos, la magnitud de la explosión y los daños provocados suponen otro revés para SpaceX. Además de la explosión principal, se registraron otras detonaciones menores y un incendio que, según testigos, seguía activo más de una hora después.
En un comunicado emitido a través de X, la empresa informó que el cohete “experimentó una anomalía grave”, pero por fortuna la zona se encontraba despejada. “Todo el personal se encuentra sano y salvo. No existen riesgos para los residentes de las comunidades cercanas y solicitamos que no se intente acercarse al área mientras continúan las operaciones de seguridad”, agregan.
Este nuevo fallo se produce semanas después de que la Starship consiguiera alcanzar el espacio por tercera vez, en un vuelo que despegó con éxito pero acabó también en destrucción. A diferencia de los anteriores intentos —que terminaron sobre el Atlántico—, en esa ocasión la nave se desintegró sobre el océano Índico tras perder el control. SpaceX confirmó que el cohete no pudo completar su regreso controlado a la Tierra, como estaba previsto.
La prueba fallida de este miércoles era la segunda de encendido estático en preparación para el próximo vuelo de prueba. La compañía había considerado la novena misión como un avance significativo, al demostrar que la nave podía regresar al espacio. Tras aquel ensayo, SpaceX prometió analizar los datos recopilados y aplicar mejoras a futuras versiones de Starship y Super Heavy.
Pese a los contratiempos, la empresa mantiene su visión a largo plazo. “Las pruebas de desarrollo, por definición, son impredecibles”, declaró SpaceX entonces. “Pero cada lección aprendida nos acerca un paso más al objetivo de hacer posible la vida multiplanetaria”.
Starbase, localidad ubicada al este de la ciudad fronteriza de Bronwsville, en el sur de Texas, es la base donde la compañía de Musk opera después de que se aprobara su creación en la zona mediante referéndum, una decisión controvertida ya que en la votación participaron los poco más de 500 residentes, la mayoría trabajadores de SpaceX. La ciudad ha estado enviando alertas a residentes de la zona, avisando de que podrían “perder el derecho” a usar sus propiedades.
Con información de La Vanguardia
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