


Se pretende ubicar las fortalezas y debilidades colectivas para generar capacidades para resolver sus problemáticas.
Cherán y Tancítaro han vivido profundas experiencias de violencia, pero también han experimentado situaciones que las han llenado de esperanza. Ambas comunidades optaron por gobiernos autónomos para expulsar definitivamente a los grupos criminales.
La complejidad de constituir una comunidad independiente desde las cenizas permitió que los pobladores de estas y otras localidades encontraran respaldo en el Centro de Investigación y Acción Social (CIAS) de la Compañía de Jesús. Los frutos de este acompañamiento fueron recabados en el compilatorio Un camino para la paz. Experiencias y desafíos en la reconstrucción del tejido social (2019).
Durante la presentación del libro, Valentina Campos Cabral, directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ (IIMA) de la IBERO Puebla, comentó que se trata de una obra esperanzadora que presenta una metodología para la reconstrucción del tejido social en espacios azotados por la violencia.
En sus cinco capítulos, los autores analizan los procesos de buenas prácticas comunitarias en Cherán (purépecha) y Tancítaro (mestiza) a partir de un modelo colaborativo para el bienestar. Los aprendizajes fueron construidos de manera sinérgica entre el CIAS y cada localidad con la esperanza de que la base de la metodología pudiera ser replicada por otras comunidades.
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Para lograrlo, el equipo de investigación trabajó con los pobladores en el diagnóstico de las violencias vividas en cada lugar, al tiempo que se propuso un abordaje con perspectivas ambientales, interinstitucionales y de género. Posteriormente, se delineó el concepto de ‘tejido social’ para encontrar mínimos indispensables para el buen vivir en cualquier espacio.
El CIAS ha tomado las experiencias en Michoacán para llevarla a otras latitudes del país. Entre los conocimientos recabados destaca la ‘pedagogía del buen convivir’ como una forma concientizas sobre el rol que cada persona juega en los círculos de violencia. Explicó Cynthia García Nieves, coautora del libro: “Implica un proceso de ubicar, en esta historia, cuál fue la parte en la que yo colaboré, cuáles fueron las desconexiones que nos dejó la violencia”.
De acuerdo con el modelo del CIA, la suma de estas reflexiones impulsa los encuentros de sanación colectiva y de comprensión de la corresponsabilidad. En la etapa final, se pretende ubicar las fortalezas y debilidades colectivas para generar capacidades en los actores locales para resolver sus problemáticas, establecer nuevos vínculos y renovar los acuerdos sociales.

