Cuando llegó a la gubernatura de Puebla en febrero de 2011, el finado Rafael Moreno Valle Rosas tenía ya urdido un plan para robarse el presupuesto del estado durante los seis años de su mandato, pero —además— dejando sembradas trampas para seguir saqueando las arcas públicas incluso hasta por cuatro lustros más.
Es decir, el exgobernador fascista y “su banda” robaron a los poblanos y poblanas, en esa época, pero incluso dañaron el patrimonio colectivo de poblanos y poblanas que no habían nacido siquiera entonces y que en unos cuantos años serán ciudadanos y pagarán impuestos.
El hurto del morenovallismo a Puebla se planeó para que durara dos décadas de 2011 –cuando tomó el poder – hasta 2030, por los pagos que ilegalmente estaban sembrados en las fórmulas conocidas como Proyectos para la Prestación de Servicios (PPS) y Asociaciones Público-Privadas (APP).
Se trató del hurto del siglo a Puebla, planeado y ejecutado por Moreno Valle Rosas y sus cómplices en la Iniciativa Privada, su grupo político y secuaces en la administración estatal, en la etapa más oscura del neoliberalismo salvaje en el estado —que hoy está recomponiendo el gobernador de izquierda Alejandro Armenta—.
El primer gran éxito en la renegociación de esas deudas inmorales e ilegales que heredó el morenovallismo se dio con el pago anticipado, en condiciones favorables del estado, que consiguió la administración de Armenta del Museo Internacional del Barroco.
Con una liquidación de 2 mil millones de pesos se dio fin a una deuda que costaba a las arcas públicas cientos de millones de pesos anuales y que significaban todavía una erogación, hasta 2029, de 10 mil millones de pesos más.
La reducción inmediata que favorece con un ahorro directo de 500 millones de pesos anuales al presupuesto estatal y significará, al final del proceso, un ahorro acumulado de 8 mil millones de pesos.
La siguiente negociación que traerá un ahorro de miles de millones de pesos y, que ayudará al buen uso de los recursos públicos, es el pago anticipado que ya se negocia del Centro Integral de Servicios (CIS) de Angelópolis en los límites de Puebla Capital con la zona conurbada: otro “monumento al saqueo”.
“Nosotros estamos buscando renegociar la deuda del CIS, así como lo hicimos con la del Museo Barroco, en la que ya ahorramos 8 mil millones de pesos. Yo desearía, si hubiera dignidad de los empresarios, que reconozcan el saqueo de la obra y la den por terminada. Hasta una placa les ponemos”, dijo el gobernador poblano en su conferencia matutina del pasado 17 de noviembre, a propósito de ese inmueble.
En su mensaje ante los diputados locales, el día de su Primer Informe de Gobierno, Alejandro Armenta fue contundente al señalar y condenar, sin eufemismos, el saqueo que cometió Rafael Moreno Valle Rosas y su pandilla de criminales.
“Mientras unos gobiernos saquearon a Puebla, nosotros estamos deshaciendo esa corrupción (…) hemos actuado con visión de Estado, pensando siempre en el futuro de las próximas generaciones y en la obligación irrenunciable de gobernar para todas y para todos, reconozco a las distintas fuerzas políticas representadas en esta soberanía su amor a Puebla, con su participación se enriquece el diálogo democrático y se fortalece el federalismo”.
El robo del morenovallismo fue obsceno, descomunal y criminal.
Ha ofrecido Armenta que no quedará impune.
Eso también es justicia social.
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