A pesar de su cercanía con la capital poblana, San Bernardino Tlaxcalancingo ha logrado mantener vivas sus raíces y costumbresFoto: Especial

En las sombras del tiempo, entre susurros de tradiciones ancestrales, se ubica San Bernardino Tlaxcalancingo, un pueblo que mantiene vivas sus costumbres a pesar del paso de los años.

Conocida cariñosamente como “el pequeño Tlaxcala” o “lugarcito junto al pan”, Tlaxcalancingo es una junta auxiliar del municipio de San Andrés Cholula, donde las tradiciones comunitarias siguen siendo el corazón y núcleo identitario, incluso en medio de los cambios sociales y económicos.

Con una población aproximada de 25,000 habitantes, esta localidad no ha sucumbido al implacable influjo de la modernidad.

A pesar de su cercanía con la capital poblana, Tlaxcalancingo ha logrado mantener vivas sus raíces y costumbres. Un claro ejemplo de esta resiliencia cultural es el Glifo, símbolo identitario que condensa la memoria colectiva del pueblo.

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Las costumbres que siguen vivas

San Bernardino Tlaxcalancingo conserva vivas sus raíces a través de las fiestas, gastronomía y eventos comunitarios que fortalecen la identidad del pueblo durante todo el año.

Una de las celebraciones más importantes es la fiesta patronal de San Bernardino de Siena, que se conmemora cada 20 de mayo. Durante esta festividad, se realiza una procesión que recorre los barrios desde Cuayantla, pasando por Xicotzingo, hasta el lindero con San Antonio, donde termina el municipio.

Después de la misa de la una de la tarde, la imagen del patrón es sacada acompañada por las imágenes de los seis barrios: dos de San Diego, dos de Santa María de la Asunción y dos de Santiago.

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En julio, Tlaxcalancingo celebra una de sus fiestas más importantes: la Bajada de la Virgen de los Remedios. Esta festividad religiosa marca la llegada anual de la imagen de la Virgen desde su santuario en Cholula para permanecer en Tlaxcalancingo durante 15 días. Aunque no existe una fecha fija para la celebración, la comunidad la recibe con atención cada año.

La Bajada forma parte de un sistema ritual conocido como “bajadas”, que consiste en marchas ceremoniales para trasladar la imagen de la Virgen de los Remedios a distintos pueblos y barrios de la región de Cholula. Esta tradición ayuda a mantener la memoria colectiva y la identidad de las comunidades involucradas.

La Feria del Nopal es un espacio dedicado a promover y difundir la producción local de nopal en San Bernardino Tlaxcalancingo. Más que una simple exhibición, esta feria representa una oportunidad para mostrar la riqueza del producto local y destacar el trabajo de los productores de la comunidad. Además, funciona como un medio para fortalecer y posicionar a la junta auxiliar en los ámbitos económico y productivo.

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El 1 de enero, la parroquia de San Bernardino Tlaxcalancingo enmarca el inicio del año con una festividad particular: la celebración del cambio de empleados. La jornada comienza con una misa organizada por quienes recién se integran al equipo parroquial. Además de la ceremonia religiosa, el grupo ofrece una comida a la comunidad como gesto de bienvenida y servicio. Al finalizar, la celebración continúa con fuegos pirotécnicos que marcan el inicio del nuevo año en un ambiente de convivencia y renovación.

Desde entonces, la tradición se ha transmitido de generación en generación. Uno de los participantes más reconocidos es Armando Coatl, conocido como Comando, quien lleva más de 30 años involucrado como fariseo. En 2017 interpretó el papel de Judas, y comenta que la disciplina requerida para la representación no solo fortalece el evento, sino también la convivencia entre los participantes, quienes provienen de distintos barrios del pueblo y comunidades cercanas como Santa Clara, San Antonio Cacalotepec, la colonia Maravillas y la colonia La Cruz.

El Xochipizáhuatl, que en español significa ‘baile de las flores’, es una representación tradicional que recrea un matrimonio indígena a la manera ancestral. Una pareja del pueblo contrae nupcias rodeada de flores y frutos de la región, acompañada por sus padres, abuelos y demás familiares.

En Tlaxcalancingo, la celebración tiene un momento especial el 2 de noviembre, cuando las familias acuden al panteón a dejar flores en las tumbas de sus seres queridos. Existe la creencia de que, al llegar el mediodía, las almas se despiden para regresar al más allá.

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También se celebra el tetlayeyecol, una tradición de origen náhuatl que significa ‘compartir comida’ o ‘convidar alimentos’.

Consiste en preparar platillos especiales para un evento y ofrecerlos a los vecinos de la comunidad, fortaleciendo así la convivencia y el sentido de unión entre los participantes.

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