“No estoy nada contento con México” Trump sugiere posible acción militar contra narcolanchasFoto: Especial

En medio de una ofensiva militar en el Caribe contra presuntas narcolanchas venezolanas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dirigió este lunes nuevas críticas hacia México, país al que responsabiliza por el ingreso de la mayor parte del fentanilo que circula en territorio estadounidense.

La estrategia, que forma parte de una campaña de presión sobre Venezuela, ha incluido el despliegue de un amplio contingente militar que, según el mandatario, actúa semanalmente contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico.

Durante una rueda de prensa en el Despacho Oval, Trump afirmó que estaría “orgulloso” de ordenar ataques similares en aguas mexicanas, aunque evitó confirmar si contempla esa posibilidad o si lo haría sin consultar previamente al Gobierno de México. Sus declaraciones se suman a una serie de mensajes ambiguos que refuerzan la tensión diplomática en torno al combate al narcotráfico en la región.

“Por mí está bien. [Cualquier cosa] que tengamos que hacer para detener el tráfico de drogas”, ha sostenido. “No estoy diciendo que lo vaya a hacer. Pero estaría orgulloso de hacerlo”, agregaba, a las preguntas de un periodista sobre la posibilidad de atacar supuestas narcolanchas mexicanas primero y, después, sobre la posibilidad de hacerlo a espaldas de la presidenta Claudia Sheinbaum y las autoridades mexicanas.

“No voy a contestar a esa pregunta”, replicaba al ser interrogado si había tratado de ese asunto con el Gobierno del país vecino. “Ellos saben cómo estamos perdiendo a cientos de miles de personas al año a causa de las drogas… Por no hablar de la destrucción familiar. Mucho de eso viene de México. Así que déjenme decirlo de este modo: no estoy nada contento con México”.

No es la primera vez en que el estadounidense protesta en público acerca del narcotráfico procedente de México, que introduce la mayor parte del fentanilo que entra en Estados Unidos. El fentanilo se ha convertido en la droga más letal en territorio estadounidense y se le atribuye la mayor parte de las decenas de miles de muertes por sobredosis que ocurren cada año en el país.

En el mismo evento, una reunión con representantes de la FIFA para preparar el Mundial del año próximo —del que Estados Unidos será anfitrión—, Trump también ha reiterado este lunes que su Administración debe “resolver la cuestión de Venezuela”. Sus comentarios llegan un día después de que haya llegado al Caribe el portaaviones Gerald Ford, el mayor y más moderno del mundo, para sumarse a la flotilla estadounidense que perpetra ataques extrajudiciales contra supuestas narcolanchas con el argumento de luchar contra el tráfico de droga.

La llegada del Ford y su grupo de combate eleva a 15.000 el número de soldados de EE UU en la zona y convierte la presencia militar estadounidense en el Caribe en la mayor desde hace más de sesenta años. Eso ha desatado las conjeturas de que el objetivo real de la misión —bautizada desde la semana pasada como “Lanza del Sur” (Southern Spear) y que incluye también ataques contra embarcaciones en el Pacífico oriental— sea forzar un cambio de régimen en Venezuela. El propio presidente venezolano, Nicolás Maduro, denuncia que el verdadero propósito es su caída.

El republicano no quiere descubrir sus cartas y da pistas contradictorias sobre lo que se propone. La semana pasada, tras una serie de múltiples reuniones con sus asesores para tratar sobre los próximos pasos en el Caribe, apuntaba que ya había tomado “más o menos” una decisión.

El domingo, el Departamento de Estado anunciaba que designará como entidad terrorista extranjera al cartel venezolano de los Soles, del que acusa a Maduro de ser el cabecilla. El paso abre la puerta a un ataque en suelo venezolano, pues el argumento legal de la Casa Blanca para justificar la campaña militar es que se encuentra en guerra con las bandas narcotraficantes incluidas en ese listado.

Pero apenas horas más tarde, Trump apuntaba en otras declaraciones a la prensa la posibilidad de entablar conversaciones directas con Caracas, y aseguraba que el régimen de Maduro está dispuesto a ello.

Este lunes, aseguraba que no descarta ninguna opción sobre una posible intervención militar en suelo venezolano, aunque también repitió su disposición a hablar con el líder venezolano. “No descarto nada. Simplemente, tenemos que resolver la cuestión de Venezuela”, sostenía Trump. “Probablemente hable con él, yo hablo con mucha gente”.

El republicano reiteró su opinión, expresada en varias ocasiones, a lo largo de su mandato, de que el país caribeño “no ha sido bueno con Estados Unidos” por haber supuestamente “vaciado sus prisiones” y enviado sus reclusos al Norte.

Un nota de EL PAÍS.

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