Crimilda Matías Regino viajaba rumbo a la capital para recibir su plaza como docente y el accidente del 14 de mayo le arrebató la vidaFoto: Especial

San Francisco Altepexi no durmió. En la penumbra de la madrugada, el pueblo abrió sus puertas y su corazón para recibir a Crimilda Matías Regino, la joven maestra que murió en el devastador accidente carretero del pasado 14 de mayo.

Crimilda tenía una cita con su futuro. Aquella mañana viajaba rumbo a la capital para recibir su plaza como docente. Iba acompañada de su hermana y su cuñado, llena de esperanza y con la ilusión de comenzar una nueva etapa. Pero un brutal accidente, provocado por una pipa fuera de control, detuvo su camino y el de 20 personas más que perdieron la vida en esa tragedia.

Crimilda Matías Regino viajaba rumbo a la capital para recibir su plaza como docente y el accidente del 14 de mayo le arrebató la vida
Foto: Especial

Por días, su cuerpo permaneció sin identificar en el Servicio Médico Forense de Puebla. La espera fue cruel para su familia, que nunca dejó de buscarla ni de rezar por su regreso. Y aunque hoy vuelve sin vida, su llegada fue recibida con profundo amor.

Velas encendidas, flores blancas, llanto contenido y un pueblo entero acompañaron su regreso. Las calles guardaron silencio, y el aire se llenó de respeto y dolor. Crimilda ya está en casa.

En las próximas horas, será sepultada en su tierra natal. Pero su partida deja un vacío enorme en las aulas que soñó llenar y en los corazones que tocó con su sencillez y vocación.

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Por Carolina Espinosa

Corresponsal en Tehuacán.