Al salir de la prisión de Apizaco, Keren Ordóñez fue recibida por su hija que tenía un mes de nacida cuando fue detenida en Veracruz en 2015Foto: Especial

Tras más de 9 años de estar injustamente presa en el estado de Tlaxcala, Keren Selsy Ordóñez Hernández fue liberada, dio a conocer el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh).

Cabe mencionar que, la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Poder Judicial del Estado de Tlaxcala, en ponencia de la magistrada Mary Cruz Ornelas, resolvió la apelación y ordenó la libertad inmediata.

Al salir de la prisión de Apizaco, Keren fue recibida por sus familiares, en especial su madre Ciria Hernández y su hija la cual tenía solo un mes de nacida cuando fue detenida en Xalapa, Veracruz en el año 2015.

De acuerdo con su testimonio, la Policía Federal y Policía Ministerial de Tlaxcala la sometieron a varios actos de tortura, para que se inculpara por el secuestro de una mujer.

En 2019 fue sentenciada a 50 años de prisión por el delito que no cometió y aunque en 2021 ganó un amparo para que se revisara su caso, en septiembre de 2024 un juez ratificó la sentencia sin tomar en cuenta que Keren no pudo participar en el hecho porque estaba convaleciente por una cesárea.

Aunque su ex pareja y padre de su hija, también fue detenido y procesado junto con Keren por el mismo secuestro, recuperó su libertad en 2019, tras cumplir una condena de cinco años de prisión, por ser menor de edad al momento de la detención. Desde entonces, él no ha vuelto a ver o hablar con Keren, y se ha desentendido por completo de las obligaciones alimentarias de su hija.

Fue por ello que el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro ProDH), quienes le han dado el acompañamiento legal, apeló la decisión del juez y el caso de Keren fue revisado por la magistrada Mary Cruz Ornelas, quien ordenó la libertad inmediata.

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La historia de Keren Selsey Ordóñez

A sus 19 años, Keren tuvo a su primera y única hija, tras un parto complicado que puso en riesgo su salud. Keren y su familia vivían en un contexto de pobreza y desigualdad económica y no contaron con ningún tipo de apoyo por parte del padre de la bebé.

El 11 de diciembre de 2015, a pesar de seguir convaleciente a un mes de haber parido, Keren Ordóñez salió de casa para encontrarse con su ex pareja para solicitarle recursos para la manutención de su hija. El domicilio se encontraba a un par de cuadras de donde ella vivía. Mientras lo esperaba en la entrada de la casa, vehículos de la Policía Federal y Policía Ministerial de Tlaxcala arribaron al lugar. Los agentes armados detuvieron a la ex pareja de Keren, a otro hombre que se encontraba en el lugar, a ella y a su bebé.

Aunque los agentes no contaban con una orden de aprehensión en su contra, Keren y su hija fueron detenidas de manera arbitraria y vivieron múltiples violaciones a sus derechos humanos. La joven, además, enfrentó un proceso doloroso donde la discriminación por razón de género imperó en todo momento.

Los agentes le quitaron a la bebé de sus brazos, subieron a ambas a un vehículo oficial sin explicarles el motivo de la detención. Una vez que se encontraban en la patrulla, Keren fue sometida a golpes, asfixia y amenazas de lastimar a su hija. Incluso los agentes hicieron referencia a que, como la bebé aún no contaba con un acta de nacimiento, nadie se percataría de su ausencia; es decir, amagaron con desaparecerla.

Keren y su bebé permanecieron cuatro horas en las instalaciones de la Fiscalía General de Veracruz. La Fiscalía incluso realizó un certificado de integridad física a la bebé, en donde refieren que se examinó a una “niña de un mes de edad, en calidad de detenida”.

En total, desde la detención hasta la puesta a disposición ante el Ministerio Público de Tlaxcala, Keren y su bebé pasaron 11 horas incomunicadas y sujetas a más violencia y violaciones a sus derechos humanos. Durante ese tiempo, Keren fue interrogada sobre un secuestro acontecido al interior de la casa donde se encontraba su ex pareja mientras continuaba siendo amenazada con causarle daño a su hija, por lo que fue obligada a firmar una declaración fabricada en la que reconocía haber participado en el secuestro, realizando labores de cuidado. Horas más tarde, las autoridades ministeriales entregaron a la bebé al DIF estatal, sin dar aviso previo a algún familiar.

En el caso de la hija de Keren, las autoridades no tomaron en cuenta el interés superior de la niñez, ni tomaron acciones inmediatas para salvaguardar la salud e integridad física y emocional de la bebé, como localizar a algún familiar o a una institución especializada en derechos de niñas y niños que pudiera hacerse cargo de su cuidado y protección ante la situación de su madre.

Las autoridades ministeriales no dieron aviso previo a algún familiar. La hija de Keren permaneció 12 días lejos de su familia, hasta que la abuela materna logró que se la entregaran.

Keren fue expuesta a medios de comunicación, exhibida como “secuestradora”. Se difundieron sus fotografías, su nombre completo y lugar de origen, lo cual viola el principio de presunción de inocencia.

Además, vivió discriminación y falta de perspectiva de género en su proceso, ya que las autoridades del Poder Judicial del Estado de Tlaxcala analizaron los hechos y pruebas del caso, ignorando la especial situación de vulnerabilidad en la que se encontraba Keren al momento de su detención, así como las distintas violencias de género de las que fue víctima.

Al salir de la prisión de Apizaco, Keren Ordóñez fue recibida por su hija que tenía un mes de nacida cuando fue detenida en Veracruz en 2015
Foto: Especial

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